sábado, 20 de enero de 2007

Las rebajas y el marketing

Hola a todos pequeños roedores, aquí un post más, unos gramos menos.

Había pensado dedicar este blog al fútbol de las Islas Sorlingas, pero Pablo aún no ha vuelto de Sevilla (ver post anterior), así que este tema y el ocurrió en diciembre volumen 2 han no-nacido.

Otro tema me ocupaba la cabeza. Las rebajas, arghhhhhh! No me gusta toda la parafernalia que envuelve a las rebajas. Los medios de comunicación destacando los millones en ventas que se prevén, entrevistando a la joven, el hombre y la abuela sobre sus compras; cifrando la cantidad de dinero que se gastará cada ciudadano (¿quién se gasta el mío?). Irrisorio es el intento de disimular el nombre de “unos grandes almacenes muy conocidos”, el Corte Inglés hombre, el Corte Inglés. ¡Dilo! ¡Si estás enseñando las etiquetas con las ofertas! Y todo ello aderezado con la cuesta de enero; que, visto el gasto que ejerce la población, habría que pensar si más que cuesta no es un pequeño repecho.

Todo ello no me enerva excesivamente hasta que entro en una tienda (del tipo que sea). Allí te acecha el marketing. Un marketing que te anima, incita y encamina a la compra. Pero a mi no. Ahora tú piensas, “mira este chulo, que se creerá”. Pues, sí, no me afecta, o mejor dicho, me afecta a la inversa. Bien es cierto que para mi ir de compras no es una actividad de ocio, sino que voy a comprar cuando necesito algo concreto o bien acompañando a alguien. Tres ejemplos para clarificarlo:

1-El marketing dice: La música de ritmo rápido se utiliza cuando hay mucha gente en la tienda, incitando así a los clientes a comprar más deprisa y facilitando la reducción de las colas.

Efecto en mi: Si desde el exterior de la tienda se oye música muy alta o rápida, no entro. Si una vez dentro la música se torna rápida o sube de volumen, salgo lo antes posible y sin comprar nada.

2-El marketing dice: La colocación de un producto caro junto con otros muy caros hace que el producto tienda a ser percibido por el cliente como barato.

Efecto en mi: Si es caro lo sigue siendo y si es muy caro tres cuartos de lo mismo.

3-El marketing dice: Los porcentajes de mayor descuento deben verse expuestos en lugares preferentes del establecimiento. Esto facilita la compra de más de un producto.

Efecto en mi: Me es irrelevante si un producto –como diría el inefable Risto– está rebajado un 45, un 15 o un 30 por ciento. Si considero que el precio no corresponde a lo que a mi entender puede encontrarse en un baremo de precios razonable no compro ni uno ni dos productos par más rebaja que indique la etiqueta.

Todas estas técnicas y otras más fomentan mi no-consumismo. Los carteles de segundas rebajas (a la semana de su comienzo), también. Y la aglomeración de personas, que parecen ignorar que hasta el 7 de marzo se extiende el plazo legal de rebajas, es algo que también ayuda a no ir de tiendas.

Así que si os veis reflejados en las técnicas del marketing, felicidades, ya sois unos neooblatos consumistas.

Saludos!

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