El 25 de noviembre de 1960, tres hermanas dominicanas fueron violadas y posteriormente asesinadas por agentes del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) del país caribeño. La época histórica en la que se enmarca, la del dictador Leonidas Trujillo, tapó el asunto con malas mañas.
Patria, Minerva y María Teresa Mirabal llevaban luchando mucho tiempo contra el régimen y en varias ocasiones fueron encarceladas, convirtiéndose en un símbolo contra la dictadura. Veintiún años después, el Primer Congreso Feminista, reunido en Bogotá (Colombia) propuso, en honor a ellas, declarar el 25 de noviembre como el día para recordar la violencia que sufren las mujeres en el mundo.
Finalmente, en 1999, la ONU, por iniciativa de la República Dominicana y con el apoyo de más de 60 países, (aunque aquí cabe preguntarse sí habría que calificarlo como de sólo 60 de los 187 países que componían la ONU en 1999, actualmente son 192), declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Para conmemorar esta fecha, la Generalitat de Catalunya a renovado su campaña contra el acoso y maltrato en las parejas adolescentes y jóvenes. El lema anterior era ”Talla amb els mals rotllos” (Corta con los malos rollos). No es que fuera gran cosa como lema, pero sin entrar en el fondo del asunto, solo decir que con la nueva campaña, se han lucido.
La campaña reza: ”L’amor ha de ser lliure” (El amor ha de ser libre). Muy época new age, pero aquí lo malo no es el lema, que tampoco se han sorbido los sesos, sino que han modificado un lema histórico. Lo curioso del caso es que, entre las frases que acompañan al lema, encontramos además de libre de ... celos, violencia, machismo, etc. Encontramos libre de sumisión, acompañada de una bonita fotografía, ésta.
Algo que me ha llamado la atención. Sumisión. Entonces ese collar de perro en el cuello de la chica, ¿qué demuestra? ¿Qué le va el rollo sadomasoquista o qué su pareja le da la libertad de no llevar la correa? Esa es la máxima libertad a la que puede aspirar, pues vaya libertad de mis narices.
No se, es rebuscado, pero vamos, será que no hay collares para ponerse; aunque claro, quizás la primera opción fue uno de esos incómodos e inútiles cuernos colgantes tan en boga. Aquí también habría doble lectura.
Saludos!