Seguro que tú, estimado lector, conoces a alguien que enciende su cigarrillo aka pitillo, le da una o dos caladas y después pasea con el entre los dedos mientras se va consumiendo y molestando al personal que sigue los pasos del suicida a cámara lenta. Pues bien, esto puede tener visos de acabarse.
Tras el reciente incendio del Hospital de Can Ruti de Badalona por culpa de un cigarrillo mal apagado (en un lugar donde está prohibido fumar) el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) reclama al gobierno español que regule la fabricación de cigarrillos autoextinguibles, capaces de apagarse en un lapso muy corto de tiempo si no son consumidos totalmente por el drogadicto de turno.
No está de más saber que las colillas sin apagar causan al menos el 10% de los incendios en edificios. Hace pocos años en el Hospital Cruces de Bilbao un cigarrillo fue el causante de una explosión que provocó la muerte de un paciente.
En países como Canadá, Australia y en 22 estados de los EEUU ya se aplica la regulación para los cigarrillos “RIP” como también se conocen, en lugar de autoextinguibles. En Europa Finlandia será el primer país en aplicar está regulación. En España parece que no se está por la labor y es más, los cigarrillos que se venden contienen productos químicos como el acetato sódico, el carbonato de magnesio, el carbonato cálcico, el sulfato de aluminio o el cloruro potásico, que tienen como fin reforzar la velocidad de combustión.
Así que aprovechando está información me uno a la campaña de blogs sin humo, ahora que hace un poco más de un año que empecé a dar mi opinión en este blog. (Se aceptan regalos de cumpleaños).
Saludos!
